Es una técnica quirúrgica que permite ver la cavidad abdominal y realizar procedimientos quirúrgicos utilizando incisiones pequeñas, lo que ofrece múltiples ventajas como:
Se necesita un lente tubular, que puede medir 5 o 10mm, que se conecta a una cámara y esta a su vez a una pantalla que permite visualizar la cavidad abdominal. Se utilizan diversas pinzas de 5 y 10mm que cumplen funciones diferentes para poder realizar los procedimientos. Y sobre todo, se requiere un cirujano que tenga la experiencia y la habilidad adquirida en esta técnica, para que los resultados post-operatorios sean óptimos. Se introduce un gas en la cavidad abdominal que permite crear el espacio para realizar el trabajo quirúrgico necesario. Requiere anestesia general.
Prácticamente todas las cirugías abdominales pueden reproducirse por vía laparoscópica, salvo algunas excepciones. Y conforme avanza la tecnología médica en técnicas mini-invasivas, seguirá ampliándose el tipo y complejidad de cirugías que pueden realizarse por este medio.
Podemos resumirlo de la siguiente manera:
• Cirugía de vesícula
• Cirugía de apéndice
• Biopsias
• Reparación de hernias
• inguinales o incisionales
• Cirugía antirreflujo
• Cirugía gastrointestinal (intestino delgado, estomago, colon)
• Cirugía de páncreas
• Cirugía de bazo
• Cirugía de Suprarrenales
• Obstrucción intestinal
• Tumores intraabdominales
Podemos resumirlo en los siguientes puntos:
• Un equipo de cámara, lente, pantalla y fuente de Luz adecuado y en optimas condiciones
• Pinzas y puertos de trabajo de buena calidad y en perfecto estado
• Experiencia del cirujano en la técnica laparoscópica.
El cirujano que NO recomienda la laparoscopía como abordaje inicial en la mayoría de procedimientos abdominales, es porque NO tiene experiencia en la técnica.
